hemos lamido sin quererlo
todas las esquirlas de un tiempo
precioso y florido que ya se ha colado
por el sumidero.
No toca llorarlo ahora,
más bien comienza el segundo acto,
ese
que pondremos en marcha cuando seamos capaces
de caminar, de nuevo, con dulzura...
Es cierto,
se han acabado los tránsitos del relámpago
y es hora de guardar los pequeños tesoros encontrados en las aguas tranquilas.
Aunque aún has de desear la voracidad de las altas llamas,
no temas,
encontrarás sus agujas siempre que las busques
tras el leve movimiento de estos párpados
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1 comentario:
Hola guapa, estoy de nuevo por tu blog, después de haber sacado una cuenta gmail para poder escribirte esto: me encanta esta parte de tí que no conocía nada de nada!!!
Me alegro que poder compartirla ahora. Un besazo.
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